Si te refieres a los pequeños puntos, manchas o gusanos que parecen moverse en el cielo cuando miras fijamente o mueves los ojos rápidamente, es probable que estés viendo lo que se conoce como “moscas volantes”.
Las moscas volantes son pequeñas partículas o fibras que flotan en el humor vítreo, un gel transparente y viscoso que llena la cavidad del ojo detrás del cristalino y delante de la retina. El humor vítreo es importante para mantener la forma del ojo y para ayudar a transmitir la luz a la retina.
Las moscas volantes pueden ser de diferentes formas, tamaños y densidades. Algunas personas pueden ver una o dos moscas volantes, mientras que otras pueden ver muchas más. Las moscas volantes se ven con mayor claridad en superficies uniformes y brillantes, como un cielo azul o una pared blanca.
Las moscas volantes pueden aparecer por diferentes razones. A medida que envejecemos, el humor vítreo se va degenerando y volviéndose más líquido, lo que puede hacer que se formen partículas o fibras. También pueden aparecer como resultado de una lesión ocular, inflamación, sangrado o desprendimiento de retina.
Aunque las moscas volantes pueden ser molestas, son generalmente inofensivas y no requieren tratamiento. En algunos casos, las moscas volantes pueden desaparecer o reducirse con el tiempo a medida que el humor vítreo se descompone y se renueva. Sin embargo, si las moscas volantes aparecen de repente en grandes cantidades, o están acompañadas de destellos de luz o pérdida de visión, es importante consultar a un oftalmólogo para descartar cualquier problema grave. En algunos casos, un desprendimiento de retina o un sangrado en el ojo pueden ser la causa de las moscas volantes, lo que requiere tratamiento inmediato para evitar daños permanentes en la visión.